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El Describidor

Exotismo culinario: comidas raras para paladares y estómagos resistentes

Las recetas de cocina varían tanto como las fusiones culturales, pero algunas, de tan raras son graciosas. Se dice que en la cocina hay que probar todo y no despreciar nada... pero algunas costumbres dan un poco de impresión.

La diversidad cultural en el mundo muestra tantos gustos culinarios como las mezclas, preparaciones e ingredientes que componen los platos. Así, en muchos lugares, comer cucarachas es tan común como acá lo es consumir un bifecito a la plancha o un pollo a la parrilla, pero hay otros sabores e ingredientes que logran instalarse en boca de todos -literalmente- y se han vuelto universales en las cocinas del planeta.

Un ejemplo de globalización en las papilas gustativas es la Coca-Cola que, si bien los fabricantes la amoldan al gusto de cada país, su sabor y marca es archiconocida. Ahora, la bebida cola traspasó la barrera del vaso para instalarse en el plato de muchas familias de EE.UU. a través de la Coca frita: buñuelos rebozados en Coca y bañados en jarabe de cola. La golosina es un furor: en solo dos semanas se vendieron 16 mil y saltaron a la fama al ser elegidos el plato más creativo en una feria de Texas. Otra rara preparación culinaria en auge en Japón es el Copo de nieve: un helado cuya textura asemeja nieve virgen y se vende como pan caliente en Tokio.

Pese a estos números, la cocinera y conductora Narda Lepes, le advierte a Clarín.com que "muchas veces que salen este tipo de noticias, es porque hubo alguno que lo supo vender con marketing y color, pero no significa que la gente realmente coma eso en todos lados". Igualmente, no hay dudas de que estos platos gozan de cierta particularidad, pero a lo largo y ancho del globo, hay comidas que son aún más extrañas, y quién mejor que los profesionales para contar sus experiencias.

"En Japón probé texturas muy raras, carne de caballo, ojo de pescado, un pan hecho adentro de la arena, y hay cosas que te parecen exóticas, pero después no", cuenta Narda y explica: "Lo que a la gente le parece raro en otro lugar es muy común y típico, por lo general son combinaciones muy simples, pero no estamos acostumbradas a ellas. En Marruecos comí unas berenjenas fritas rellenas con almendras y miel, con aceite de oliva; los componentes no son para nada exóticos, pero la mezcla logra un sabor que por el equilibrio se siente distinto y no sabés qué estás comiendo. Para que sea exótico no necesitás 'el ojo del pájaro que crece en el pico de la montaña', simplemente conocer los ingredientes y sabores, mezclarlos de una manera donde ninguno pase por arriba de otro y que formen un sabor nuevo todos juntos".

Por su parte, Cristian Artaza, profesor en la escuela de cocina del Gato Dumas cuenta que "ahora está en auge trabajar con nitrógeno líquido. Se hacen preparaciones dulces y saladas y trabajan a -100º C. Ese tipo de trabajo sorprende bastante, porque en pocos segundos los ingredientes se congelan por completo y te da la opción de presentar las cosas de distinta manera. Otras cosas raras que probé fueron unos fetuchinis a base de un consomé especial, que le daban consistencia translúcida; un capuccino de ostras y garrapiñadas de almendras rebozadas con yogurt".

Hay comidas que no se encuentran en cualquier restaurante y algunas que son tan extrañas como peligrosas, como el caso del fugu, el pez globo que mal preparado es ultravenenoso. Si de rarezas se trata, un video en Internet muestra un restaurant chino sirviendo pulpos vivos que no deja espacio para el comentario. Otra raro e inútil experimento es el hufu, un alimento a base de tofu -queso de leche de soja-, pero que intenta asemejar el gusto y la textura de la... ¡carne humana!

Es obvio que la creatividad en el llamado arte de la cocina no tiene un techo y mucho menos con los avances de la ciencia. "El fuego abrió la primer puerta para inventar, el cultivar habló la segunda, el viajar la tercera y varias puertas después la tecnología abrió otra. Entre el viaje y la tecnología se lograron hacer cosas nuevas", afirma la cocinera estrella del canal Gourmet. Artaza coincide y confiesa que "las recetas como la coca frita me llaman la atención desde el lado profesional, porque quiero saber cómo se hace, buscar la forma de cómo puedo lograr eso, pero quizás uno esta trabado con el tema de la tecnología que se ha utilizado, eso es muy importante".

Fabricio Soza, Clarín.

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