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El Describidor

La tierra

Los barrios de La Paz

Como homenaje al 458 aniversario de fundación de Nuestra Señora de La Paz en un fascinante ámbito prehispánico, el equipo “Nueva Generación” de la Carrera de Historia, UMSA, presenta artículos que destacan las identidades y sentidos de la ciudad y su entorno. El propósito es que la fuerza del pasado inspire, ante los retos actuales de mantener y proyectar espacios de democracia y diversidad al Alberto Saavedra Pérez. Brindis de Honor.
con sentido humano. La coordinación estuvo a cargo de Magdalena Cajías, Jorge Ocsa, Marcelo Ticona y Raúl Calderón.

En conmemoración de un nuevo aniversario de la fundación de Nuestra Señora de La Paz, el equipo “Nueva Generación” de la Carrera de Historia de la UMSA, presenta hoy artículos que destacan las identidades y sentidos de la urbe y su entorno.

En cuanto a los actos protocolares de hoy, la celebración del 458 aniversario se realizará, por la mañana, en Laja, lugar de fundación de la ciudad, y por la tarde, en la sede de gobierno, habrá una Sesión de Honor del Concejo Municipal, en presencia del presidente, Evo Morales, de acuerdo con el programa que aparece líneas abajo.

Asimismo, se distinguirá a 23 personalidades paceñas, y los municipios de La Paz, El Alto, Laja y Viacha firmarán un convenio para impulsar la metropolización.

Miraflores urbanístico, salubre, forestado y deportivo (Luisa Cazas, Carlos Tenorio, Jesús Nilo Llusco, Raúl Calderón Jemio

Denominado Putu Putu (hondonada o batán) en la época prehispánica, atravesado por el río Urkujawira, es valle que ha acogido a varias culturas. Las investigaciones arqueológicas de Maks Portugal muestran significativa presencia tiwanakuta, pakajaqi e inka, que aprovechó las fértiles tierras, reservas auríferas y ricas arcillas del lugar.

Con la conquista y fundación española en 1548, Putu Putu constituye espacio de comunidades originarias. Transcurrido el tiempo, aparecerán haciendas. La parroquia de Santa Bárbara se encargó de la evangelización. Empero, el culto a las wak’as prehispánicas persistiría en cerros como el de Killi-Killi y Laykaquta.

En las primeras décadas republicanas, hubo interés gubernamental por optimizar el acceso al valle miraflorino, con miras a la creación de haciendas y comunicación fluida con los Obrajes. Para 1869, la preocupación sería abrir los cerros mencionados arriba para desahogar una urbe ya estrecha.

La transición del siglo XIX al XX se caracterizaría por los esfuerzos modernizadores liberales y posteriormente republicanos. Miraflores se convertiría en ámbito residencial, industrial y urbano. Como parte de la política social del liberalismo, al final de la avenida Tarapacá, hoy Saavedra, se creó el Instituto de Bacteriología y el Hospital Militar. Con decisión, se combinaron fuerzas del municipio y Legislativo, para ofrecer servicios de salud de carácter público. Precisamente, en 1913, comenzó la edificación del Hospital General, bajo la dirección del visionario arquitecto urbanista Emilio Villanueva. Hacia 1925, la obra estaba a medias, pero ya era un complejo de atención médica abierto a la población paceña.

Aquellas épocas también son las del traslado de las concepcionistas a su convento neogótico de Miraflores. En 1921, dos obispos, y el presidente Bautista Saavedra junto a la primera dama Julia Bustillos, dieron realce a la inauguración. Un año después, el gobernante republicano, colaborado por su hermano que ocupaba el cargo de Prefecto, llevó adelante un plan de servicios básicos y pavimentación con adoquines en Chukiyawu Marka/La Paz. Clave resultaría la avenida que llevaría el nombre del Mandatario.

Para 1929, época de retos económicos y problemas en el sudeste boliviano, sueños de urbanismo trataron de compensar las dificultades. Villanueva, entonces rector autonomista de la UMSA (y cuyos escritos conocemos más gracias a Juan Francisco Bedregal Villanueva), destacó las posibilidades de Miraflores, en cuanto a ubicación de diferentes tipos de edificaciones y actividades, circulación dinámica y un máximo de bienestar. El notable urbanista insistió que debía ser zona médica, administrativa, universitaria, deportiva, fabril, obrera y recreativa. En tal sentido es que diseñó y dirigió la construcción del Estadio “Hernando Siles”, de estilo tiwanakuta, concluido para 1930.

La Guerra del Chaco y sus repercusiones internas, golpearon a la urbe paceña. Sin embargo, manifestando un resurgimiento, se iniciaron los trabajos de la avenida Germán Busch. Comenzó también la construcción del mercado de la calle Díaz Romero. Además, para 1940, cumpliendo con el carácter educativo del barrio, y combinando identidad e innovación, Arturo Posnansky diseñó la réplica del Templete Semisubterráneo de Tiwanaku, edificado delante del estadio. Allá se ubicaron piezas originales, devueltas al sitio de procedencia recientemente.

Cuando estalló la Revolución Nacional, en 1952, la calle Yungas fue sitio donde también hubo duros combates. Además, Laykaquta sería un fortín de las milicias nacionalistas. No es coincidencia que los gobiernos del MNR retomaran los proyectos de Villanueva e hicieran construir el Hospital Obrero, crearan clínicas, dotaran de infraestructura al Instituto Normal Simón Bolívar y otros establecimientos educativos, entregaran la plaza Gualberto Villarroel imitando una edificación prehispánica, fomentaran la apertura de industrias, apoyaran la realización del anhelo de viviendas obreras. A partir de esto, se puede entender que en 1964, Laykaquta fuera de los últimos reductos de resistencia obrero-emenerrista; como también lo sería de la defensa del Gobierno militar de izquierda derrocado en agosto de 1971.

Poblado de altos edificios, talleres y empresas, Miraflores actualmente tiene carácter articulador y distribuidor. En tal sentido, según reflexiona el poeta Jaime Saenz, ha dado origen a nuevos barrios. Un futuro tal vez sea que se conecte con la Cumbre y el ingreso a los Yunqa y la Amazonia; también constituirá acceso a Irpavi y Achumani, reafirmando una paceñidad diversa, democrática e incluyente.


El barrio de Sopocachi en su cotidianidad y poesía (MAGDALENA CAJíAS, JUAN MARCELO TICONA)

El parque del Montículo guarda en su memoria tantísimas leyendas de romanceros púdicos e impúdicos, balaceras, reuniones juveniles o de revolucionarios, portada de cada disco de nuevo cantante y foto con cada nuevo auto publicitado, soledades y lecturas que tanto habitante guarda en sus recuerdos. Las casas del Montículo tienen historias aparte, pero no muy diferentes, y cada morador las guarda celosamente para que los nuevos inquilinos no se asusten con los fantasmas. Las biografías que encierran estas viviendas no figuran en libros ni artículos y sólo tenemos como fuente la memoria oral de algunos de sus habitantes y de los fervorosos amantes del Montículo.

Aunque el último mapeo urbano de la Alcaldía abarca el barrio hasta la plaza España, tradicionalmente aquello que se conoce como Montículo empieza en la esquina donde la Ecuador se convierte en Víctor Sanjinés y encuadra con el comienzo de la pendiente Pedro Salazar.

Esta calle central sigue con el nombre de Ecuador hasta el parque oficialmente llamado Néstor Portocarrero. Era el límite de la ciudad en los años veinte y la última parada del tranvía.

Las otras casas que forman parte del Montículo son las de la callejuela conocida como Andrés Muñoz en su primer tramo, hasta donde llegan las primeras estribaciones de la colina. Las casas que dan con la parte trasera del Montículo en la calle Presbítero Medina, tienen historia aparte a pesar de su directa relación arquitectónica.

Las casas que rodean al Montículo tienen diferente edad y múltiples estilos: quizás sería mejor decir que carecen de estilo definido y suman estéticas de los años cuarenta y cincuenta y también historias y construcciones arbitrarias según los inquilinos que llegan y se van.

El edificio de cuatro pisos que inicia la esquina Ecuador-Pedro Salazar es el más nuevo y reemplazó a la antigua vivienda de las hermanas Castillo. Lo más importante de aquella casa era la vieja tienda, ahora ampliada, cuyo nombre oficial nadie lo conoce. Es la tienda de las “yungueñas”, aunque tampoco nadie averiguó si sus dueñas vienen de esa región paceña.

Punto clave en los rumores del barrio es este almacén donde uno se entera de los nacimientos y de las muertes de cada habitante cercano, de los enamoramientos y de las enfermedades. Se compra el pan cotidiano, cuchicheo y el consejo.

Al frente está la casa que provocó rabietas entre los señoritos de Sopocachi, porque decían que su dueña era una chola. Pintada de verde, forma una extraña esquina y sólo se ve por las tardes salir a una anciana de pollera que toma un sol desgastado y sonríe a los niñitos que regresan de jugar en el Montículo.

Ahí vivió el trío de poetas formado por Hilda Mundy, y dos hombres que la amaron, su esposo Antonio Ávila y el escritor Jaime Saenz. De ellos abundan las anécdotas y valen un artículo aparte.

Los últimos recuerdos son de la tienda de la Juanita, chola bravía que preparaba los cafés para los milicianos en la insurrección del 52 y escondite de los falangistas, años más tarde. Rinconcito que luego alquiló un sastre y posteriormente el zapatero.

Sigue la casa de los Prado, la hermosa vivienda de los Schulze. Al lado vivió Justo Rodas, al frente los Tapia. Moró ahí el escritor Jorge Ovando Sanz; la otra es ahora de los Bejarano, familia de músicos que cada mañana abre las ventanas para esparcir sus conciertos.

La casa del poeta Julio de la Vega es historia aparte y la más entrañable; serviría posteriormente de escenario para videos y películas. En un tiempo, la familia alquiló cuartos a estudiantes como el filósofo Rubén Carrasco de la Vega o los revoltosos como Óscar Únzaga de la Vega.

Contaba la abuela que de tanto fabricar escondites para sus hijos la casa se llenó de corredores y de cuartitos. Uno le salió comunista, otro militar y dos falangistas. Todos stronguistas.

Albergue de poetas jóvenes y rebeldes desde la época de Gesta Bárbara, la casa es parte de las historias del Montículo. Revista Sopocachi 1992.

Bali, la ceremonia eterna

Un centenar de altivas mujeres desfila en procesión al borde de la carretera, portando sobre la cabeza elaboradas ofrendas florales y frutales de un metro de alto. Una fuerza superior parece mantener el precario equilibrio del cargamento, acaso la misma que impulsa a las peregrinas a ir como hipnotizadas al encuentro con los dioses que, dos veces por año, se encarnan en las imágenes del Templo de los Murciélagos en la isla de Bali.

Son tantos los fieles que se arriman a este recinto sagrado, que deben hacer cola para ingresar a la cueva del altar principal donde revolotean algunos murciélagos. El hinduismo en Bali se diferencia bastante del de la India: su ambiente es más colorido y alegre, y los templos están llenos de estandartes con imágenes de dragones y sombrillas ceremoniales rojas y amarillas. A las estatuas las visten con un pareo multicolor llamado sarong, el mismo que usan tanto los hombres como las mujeres en su vida cotidiana. En el interior del templo todos se arrodillan; las mujeres sostienen manojos de sahumerios, mientras los hombres lucen orgullosos sus sarongs y una gran flor roja sobre la oreja . Entonces aparece en escena la orquesta de gamelanes, esos xilofones metálicos que emiten frenéticas y disonantes armonías que van envolviendo el espíritu de los presentes. Casi al unísono, tres hombres entran en trance: con los ojos desorbitados se mueven como poseídos y deben ser sujetados entre varias personas para que no se golpeen. Esto significa que "el alma de un antepasado entró en sus cuerpos". Un sacerdote coloca brasas de cocos secos en el piso y enciende un pebetero de incienso que comienza a humear. Increíblemente, los hombres en trance pisan las brasas como si nada y son rodeados por las bailarinas. Al atardecer, cuando acaba la peregrinación, todos se dirigen a la playa en silencio, se arrodillan sobre la arena y depositan las ofrendas junto al mar.

Cuando desembarqué en el aeropuerto de Denpasar —capital de la isla—, aparecieron las primeras manifestaciones de la religión. El empleado de migraciones tenía junto a su PC un conito de hojas de banano conteniendo pétalos de flores y granos de arroz que sirven para agradar a las divinidades. A una hora de viaje desde el aeropuerto llegué con un jeep alquilado hasta las frondosas colinas que ocultan al pueblo de Ubud, centro artístico y cultural de Bali. Allí me alojé en la posada Wahyu, un grupo de sencillos bungalows alrededor de un jardín colmado de orquídeas donde retozaba en libertad un conejo blanco. En el jardín unos senderos se bifurcaban entre los árboles desembocando en una pagoda al lado de un estanque. Y cada noche desde la ventana de la habitación veía una sigilosa sombra que se acercaba a depositar algo frente a mi puerta: era el dueño del hotel, quien dejaba en el piso una ofrenda de pétalos e inciensos con una suave fragancia que protegía mi sueño de los malos espíritus.

La isla está surcada por caminos muy angostos. Las casas son espaciosas y bajas, y de hecho, la ley establece que ninguna puede superar la altura de una palmera. A veces cuesta distinguir una casa de un templo, ya que casi todas tienen palmeras y jardines floridos con santuarios o elevadas pagodas de múltiples techos romboidales. Además, cada dos cuadras suele haber un templo.

Algunas casas en las afueras de los pueblos parecen grandes mansiones tropicales. Y sin embargo no tienen agua corriente y la gente se baña dentro de los canales que pasan por la puerta. Cada atardecer, las mujeres se sumergen con el agua hasta la cintura y se bañan usando un jarro dorado mientras exhiben sus pechos con orgullo, como símbolo de la maternidad.

Cada calle, cada casa y cada metro de jardín de toda la isla, están escrupulosamente cuidados y adornados con flores, esculturas de piedra y murales. La religión rige cada acto de la vida balinesa. En cierta ocasión, mientras me bañaba en las aguas cristalinas de la playa de Sanur, me sorprendió una orquesta de gamelanes que se acercó en procesión hasta la orilla del mar. Era una familia que venía a despedir las cenizas de un familiar, esparciéndolas en el océano. Todos parecían disfrutar del evento con felicidad. El hijo mayor de la familia —que hablaba italiano—, me explicó que la concepción trágica de la muerte no existe para ellos. Por eso el fin de la vida no les preocupa, ya que creen que el tiempo es circular y las almas se reencarnan infinitamente en nuevos cuerpos. Los recién nacidos suelen ser llevados ante un adivino, quien les indica a los familiares cuál antepasado ha reencarnado en él.

El otro eje del hinduismo balinés es la creencia en el principio complementario entre el bien y el mal. La lucha entre ambas fuerzas es infinita y no es por cierto deseable acabar con el mal, pues su presencia es necesaria para que exista el bien. Si un nativo sufre de mala suerte, es sometido a ceremonias de purificación. Y quien tenga una racha larga de buena suerte deberá practicar ritos que invoquen el retorno de las fuerzas de la oscuridad: sin balance reinará el caos.

Todos los días hay festivales religiosos en varios de los incontables templos de la isla. No hace falta salir en su búsqueda; uno se los topa todo el tiempo. Durante el "odalan", que se celebra en los templos cada 210 días, se cree que los dioses vienen a morar en los santuarios por tres días. Cada balinés forma parte de la feligresía de seis templos y se pasan semanas abocados a las costosas decoraciones destinadas a agasajar la llegada de los dioses.

Los templos de Bali —"los puras" — son espacios a cielo abierto rodeados de muros color arcilla de un metro de alto construidos con corales. Estos templos sin techo permiten un mejor contacto con la naturaleza y los dioses, y poseen en su interior santuarios, jardines y palmeras. En la entrada se levantan portales triangulares y al fondo están los "merus", unas pagodas de madera con hasta doce techitos superpuestos hechos con fibra negra de caña de azúcar. Allí moran los dioses encarnados en pequeñas imágenes de oro y resulta curioso observar cómo la gente los alimenta y los baña. La decoración reboza de pequeñas estatuas de duendes y diablillos. Los "puras" son, básicamente, un escenario artístico destinado al deleite de los dioses.

La palabra arte no existe en el idioma balinés, dado que todos los nativos son artistas. Las distintas disciplinas se practican como un don natural para agasajar a los dioses. Cada cual se destaca en su especialidad: música, baile, escultura, pintura, decoración de templos, caligrafía... Y casi nunca firman las obras, como si se tratara de una creación colectiva.

No es casual entonces que Bali sea un paraíso de la artesanía. Hay pueblos enteros que se dedican a cada rubro: en el poblado de Celuk se especializan en joyas y adornos de oro y plata. Al pie del volcán sagrado Gunung Batur se encuentra el pueblo de Mas, donde todos los habitantes se consagran a tallar la piedra y la madera. La gente trabaja en la calle, junto a la puerta de su casa, y a veces le susurran unas palabras a su obra mientras la acarician como a un niño. Al igual que cualquier otro objeto, se considera que las piezas artísticas son poseedoras de un espíritu.

Es imposible visitar Bali y no oír su música. Esta suena por las calles, emana misteriosamente de las casas y templos, y ameniza la estancia en hoteles y restaurantes; siempre en vivo. Incluso existen una suerte de molinillos de viento en los jardines de muchas casas que martillean eternamente unos gamelanes. Hay 4 mil bandas musicales en la isla y cada pueblo tiene su conjunto de unos 50 músicos que suenan con la agudeza de una orquesta sinfónica. Todas las tardes los músicos del pueblo se juntan a tocar en el "banjar" (parador comunal), donde golpetean los metales y bambúes de los gamelanes con martillitos y utilizan sus manos para hacer tronar los gongs.

En el templo del Palacio Real de Ubud disfruté del baile Legong entre dioses de piedra, palmeras y orquídeas. La luna hacía brillar el bronce de los gamelanes al aire libre, donde permanecieron silenciosos hasta que los músicos arremetieron con violencia contra ellos. Una explosión caótica de notas generó una tensión ambiental que se apoderó de la escena. De inmediato aparecieron tres sensuales bailarinas con unos brillantes trajes tradicionales. Sus piernas permanecían casi estáticas, pero la movilidad de la parte superior del cuerpo era veloz y entrecortada. Se necesitan años de escuela para pulir los sutiles movimientos de brazos y manos que son la clave de este baile, junto con la gestualidad de la cara. Los rostros oscilan entre expresiones de un éxtasis de felicidad y miradas diabólicas con las pupilas moviéndose frenéticamente.

Mi último día en Bali coincidió con la noche anterior al "nyepi" (el año nuevo, que coincide con el calendario occidental). Para la ocasión tiene lugar en las calles de Bali un exorcismo general. Centenares de niños desfilan en medio de un gran alboroto, portando monstruosas máscaras de criaturas mitológicas, antorchas y gongs. Pero al día siguiente el ruido cesa y todos los habitantes guardan un silencio unánime por 24 horas. La gente no habla ni sale de sus casas, donde se mantienen sin comer ni beber y con los televisores apagados, sumidos en profundas meditaciones. La isla debe parecer desierta con la finalidad de embaucar a los oscuros dioses del mal, y lograr de esta forma que se retiren hacia otros mundos. Y efectivamente, en esta exótica y remota isla del Océano Indico —al menos en el momento en que yo viajé—, pareciera que el lado oscuro de la vida no tiene cabida, ni para los nativos ni para los viajeros, quienes se van con la extraña sensación de haber respirado unas bocanadas fugaces de la fragancia del paraíso.

Verónica Aldazabal, arqueóloga.

Tierra de lagos y volcanes

Un recorrido por la majestuosa geografía de Pucón y Villarrica, a 780 km de Santiago. Termas, paseos y exquisita gastronomía. El volcán Villarrica, un gigante en actividad con un cráter de 200 metros de diámetro, es el eje de gran parte de las opciones turísticas que ofrece al viajero la zona de Pucón y Villarrica, a 780 km al sur de Santiago, en la IX Región de Chile, que forma parte de la llamada Araucanía.

Tierra sembrada de lagos, volcanes y leyendas del pueblo mapuche, se trata de una zona donde la historia y la cultura de los habitantes originarios de esta parte de América se combinan con dos actividades aparentemente contradictorias pero que se complementan a la perfección: el relax y el turismo de aventura.

La presencia de los volcanes permitió el desarrollo del turismo termal, y en ese rubro las Termas de Huife, ubicadas a orillas del río Liucura, se destacan por la excelente calidad de sus aguas de más de 35 grados y sus grandes piletones, que incluyen una piscina cubierta, todo rodeado por una vegetación dominada por las araucarias.

Las Termas Geométricas, cercanas a la localidad de Coñaripe, son especialmente bellas por su entorno natural y su arquitectura de estilo oriental. Ubicadas en el Parque Nacional Villarrica, las más de 60 fuentes que brotan en la llamada quebrada de Aihué, distribuidas en 16 piscinas con aguas que oscilan entre los 30 y los 42 grados, pueden combinarse con cuatro piscinas de agua muy fría.

En la base del volcán Villarrica se encuentra el centro Ski Pucón, con 20 pistas para todos los niveles y nueve medios de elevación.

El Parque Huerquehue

Algo muy especial, imperdible para sibaritas de tiempo completo, es una excursión que parte de Pucón y permite en 45 minutos llegar a la zona del lago Tinquilco, en el corazón del Parque Nacional Huerquehue.

Esta propuesta implica viajar a través de caminos angostos, con naturaleza en estado virgen, hasta una pequeña casita con reminiscencias orientales donde los encargados de agasajar a los viajeros reservan varias sorpresas para sus visitantes.

Una de ellas es un paseo en kayak individual o para dos personas, durante el cual los organizadores sirven una picada regional acompañada de vinos de excelente calidad.

Sólo es cuestión de acercarse, degustar y disfrutar del silencio absoluto; admirar las montañas y sentirse navegando o flotando sobre un espejo.

Pero no es lo único sorprendente: luego vendrá una caminata por el bosque salpicado de cascadas y en medio de un claro aparecerá otra mesa, esta vez sobre tierra, con una nueva degustación. Quien suponga que ya fueron suficientes sabores por ese día, estará equivocado.

En la casita oriental habrá una comida suculenta, basada en platos elaborados con productos locales, como por ejemplo salmón en diversas preparaciones o lasagna de tres tipos de hongos autóctonos, todo regado con amables vinos y acompañado con exquisiteces de la Escuela de Quesos Afunalhue.

La gastronomía local, fuera y dentro de los hoteles, suele combinar comida internacional con productos característicos de la tradición mapuche.

De leyendas y museos

El parque turístico, científico y ecológico Cuevas Volcánicas, en la ladera norte del volcán Villarrica (Ruka Pillán, en lengua mapuche), es uno de los paseos distintivos. El túnel lávico en el que se recorren grandes bóvedas y se conocen los distintos tipos de lavas y minerales subterráneos, el simulador de fumarola eruptiva llamado Cráter Adventicio y el canopy son otras de las alternativas que sorprenden al viajero.

Tampoco hay que dejar de visitar el pequeño Museo Mapuche —atesora piezas del año 400— y a la señora Irma, que recibe en su ruca —vivienda típica de madera y paja— a los turistas para contarles leyendas de su pueblo y ofrecerles comidas básicas de aquellos que aún resguardan sus costumbres y su idioma, el mapudungún, una lengua cuyo alfabeto tiene 7 vocales.

María Zacco, Clarin.

Caravanas de motos... ¿es ecoturismo?

Eso pasa en Bolivia todos los años con la realización de la Caravana Ecoturística Misiones-Amazónica en los departamentos de Santa Cruz y Beni. Es un evento en cual participan más de 150 personas, o "amantes de la naturaleza" como dice su promoción. Tiene su ruta que va entre San Ignacio y Trinidad, y dura unos 12 días. Su ruta incluye sectores dentro de Áreas Protegidas, tal como el Parque Nacional Noel Kempff Mercado, un parque que es Patrimonio de la Humanidad.

La ruta pasará por bosques que nunca han sido pisados por el ser humano, así que para realizar esta travesía van a tener que abrir 200km de nuevos senderos, los cuales tendrán el tamaño suficiente para la entrada de las cuadratracks y para camiones de apoyo (4 x 4) que acompañarán a los participantes.

El evento se realizará con la permisión de Autoridades y responsables tal como el Ministerio de Medio Ambiente de Bolivia, el Servicio de Áreas Protegidas (SERNAP), el Gobierno Municipal de San Ignacio de Velasco, la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN) y el Comité de Gestión del Parque Nacional Noel Kempff Mercado. Además, será un evento con interés internacional, con la participación de algunos extranjeros y la cobertura hecho por CNN.

Como hemos dicho, el evento se llama la Caravana "Ecoturística" Misiones-Amazónica. Eso nos hace preguntarnos ¿Por qué ecoturística? Ese tipo de evento no entra en lo que entendemos como ecoturismo, pero vamos a revisar.

Hay muchas diferentes definiciones del ecoturismo, pero todos dicen más o menos lo mismo:

- El Ecoturismo es una forma ambientalmente responsable de hacer turismo, donde se visitan áreas naturales de importante valor ecológico, con el fin de observar, estudiar y admirar la fauna, flora y el paisaje, minimizando el impacto sobre espacios naturales y culturales y contribuyendo a la protección de las áreas Naturales y al mejoramiento de la calidad de vida de las poblaciones locales.

- Ecoturismo es viajar a áreas naturales relativamente sin disturbios o no contaminados con el objetivo específico de estudiar, admirar y disfrutar el paisaje y su flora y fauna silvestre.

- Ecoturismo es cualquier viaje durante lo cual el viajero admira y aprecia el medio ambiente.

- Ecoturismo significa simplemente "turismo ecológicamente sano"

Con esas definiciones vemos que un verdadero proyecto de ecoturismo:

- Debería ser uno que tiene un impacto mínimo en su ambiente. No es posible que la entrada a lugares vírgenes en vehículos (ATV o Cuatdratracks) que contaminan hasta 8 veces más que un vehículo normal y usando senderos nuevos puede ser llamado un impacto mínimo.

- Debería estar ubicada en un área natural de importante valor ecológico. Bueno, ese evento está ubicado en un lugar con un valor ecológico muy importante. Por eso se encuentra el Parque Nacional Noel Kempff Mercado, Patrimonio de la Humanidad.

- Debería ayudar a la conservación de esa área tan importante. El evento va a destruir y contaminar el ambiente en lugar de conservarlo.

- Si hay que abrir senderos, deberían ser senderos ecológicos hechos para tener un impacto mínimo en el ambiente. Los senderos del evento serán anchos y nada ecológicos debido al tipo de vehículo que se usaran.

- El ecoturista debería ir al lugar para admirar, estudiar y disfrutar del paisaje, la flora y la fauna sin cambiarla o dañarla. Puede ser que en ese evento los participantes van a disfrutar de los paisajes que verán en su paseo, y que se vislumbren algo de la flora cuando están pasando en sus vehículos, pero dudo que verán algo de la fauna, la cual huirían del ruido y molestia de los vehículos.

- También, el proyecto debería involucrar a la comunidad local y contribuir a su desarrollo socio-económico de una manera sostenible. Es verdad que ese evento va a pasar por comunidades, y los participantes van a quedarse en algunas de esas. Sí dejarían un poco de plata, pero de una forma nada sostenible para las comunidades, que recibirían dinero a cambio de comida y alcohol y no para la conservación de su entorno. Más que dinero, los participante dejarán las huellas de sus vehículos y el humo de los mismos en el aire puro de la amazonía.

Como verdaderos ecoturistas y ecologistas debemos reclamar de el mal uso de la palabra ecoturismo. Eventos como este hacen daño para proyectos que sí son ecoturísticos, como los apoyados por PROBIOMA (www.probioma.org.bo) que se encuentra en el Parque Nacional Amboró (Villa Amboró, Volcanes e Isama) en el departamento de Santa Cruz. Estos son proyectos dirigidos por los comunarios donde los turistas entran a pie o en caballo a campamentos ubicados dentro de la selva y hecho por materiales locales.

Son proyectos que tienen senderos ecológicos bajo esa selva que han sido construido para tener un impacto mínimo en la naturaleza. Los turistas pasan por esos senderos a pie con un guía local quien les explica de la flora, fauna y paisaje y prohíbe que los turistas lleven consigo pedacitos de la misma como recuerdos.

Este tipo de eventos también hace daño al trabajo de entidades como ecosantacruz.com (www.ecosantacruz.com) que trata de promover el verdadero ecoturismo y el turismo de aventura responsable en Santa Cruz, Bolivia.

No podemos permitir que el público crea que estos tipos de proyectos son lo mismo que la Caravana "Ecoturística". Para las personas que trabajan con verdadero ecoturismo este tipo de evento es un insulto al bien trabajo que hacemos y a la imagen y metodología que tratamos que difundir. Un evento como eso muestra la falta de conocimiento de lo que significa ecoturismo y la facilidad de usar una palabra sin entenderla. Por eso, nosotros como ecoturistas y ecologistas debemos tratar de enseñar a la gente el significado de "ecoturismo" mientras que denunciamos a los proyectos falsos que nos dañan.

Tenemos que denunciar no sólo esos proyectos, sino también los autoridades y responsables que permiten la realización de esos eventos, en ese caso el Ministerio de Medio Ambiente de Bolivia, el SERNAP, el Gobierno Municipal de San Ignacio de Velasco, la FAN y el Comité de Gestión del Parque Nacional Noel Kempff Mercado. Son esos responsables que deberían luchar para la conservación y uso sostenible de los Áreas Protegidas y no apoyar al uso no sostenible, irresponsable, y destructiva de estas áreas.

Tampoco podemos permitir que un medio de comunicación internacional, tal como la CNN, apoye a un evento como este, dándole cobertura internacional a la destrucción y contaminación del patrimonio de la humanidad y a la agresión a la naturaleza prístina.

Acta de nacimiento de un volcán

Fue la mañana del 20 de febrero de 1943, cerca a un pequeño pueblo llamado Parícutin, un granjero araba su terreno, estaba contento, pensaba quizá en obtener una buena cosecha en la próxima estación. De pronto quedó sorprendido, del suelo comenzaba a brotar una pequeña humareda negra con un fuerte olor a azufre, que rápidamente cubrió el lugar. Al principio no le dio importancia y se fue a su casa. Al día siguiente, al volver al lugar, vio que se había formado un gran cono de casi diez metros de altura, seguía echando humo y cenizas en medio de un terrible estruendo subterráneo.

Muy pronto la noticia corrió por todo el pueblo y los vecinos se presentaron llenos de curiosidad. El cono había crecido tanto que tenía más de setenta metros, inmediatamente las autoridades ordenaron desalojar el lugar por motivos de seguridad.

Muy alarmados los vecinos se reunieron en la plaza de un pueblo cercano llamado Parangaricutiro, donde el cura, José Caballero y el presidente municipal Cuara Amezcua, anunciaron el nacimiento de un volcán. Y en un acto solemne, único en la historia, levantaron un acta de nacimiento del volcán:

“En la villa de Parangaricutiro, Cabecera del Municipio del mismo nombre, Estado de Michoacán de Ocampo, siendo las 10 horas del día 21 (Febrero de 1943)...

...Reunidos en el Salón de actos del H. Ayuntamiento, previo citatorio urgente: los CC. Regidores Felipe Cuara Amezcua, Félix Anducho, Síndico...Así como Agustín Sánchez y Dionisio Pulido, Vecinos de Parícutin, manifiestan que el día de ayer a las 18 horas...

Luego de exponer con todos los detalles sobre el nacimiento del volcán, a pro-puesta de algunos vecinos del pueblo y de Parícutin, se discutió el nombre que debía llevar, y después de acaloradas discusiones se llegó a un acuerdo por deseo de los pobladores de la región: por adelante el volcán se llamaría Parícutin.

El acta fue firmada por el Presidente Municipal: Felipe Cuara Amezcua, Rafael Or-tiz, Rutilio Sandoval y Felix Anducho.

Mientras tanto, todo México se sintió conmocionado ante la noticia del nacimiento del volcán Parícutin. Geólogos y vulcanólogos se trasladaron al lugar para observar este fenómeno de la naturaleza.

Seis días después de su nacimiento, el tronar del Parícutin se escuchaba a la distancia, vomitaba piedras in-candescentes, gases y mucha lava... Por entonces el cono tenía más de 150 metros de altura, 600 metros de base y 200 de cráter.

Una lluvia de ceniza fue cubriendo Parangaricutiro y las regiones inmediatas, muy pronto esta capa afectó a los sembradíos, los campesinos temían una larga y terrible temporada de hambruna. A principios del año 1944, la región había quedado completamente devastada por el fuego y las cenizas.

Pasaron tres, cuatro, cinco años, el Parícutin seguía activo, había alcanzado los 500 metros de altura. Felizmente, en la década de 1950 el volcán se extinguió. Durante su vida activa, no hubo víctimas, tuvo un acta de nacimiento, único en la historia, por primera vez el hombre pudo ver nacer, crecer y morir a un volcán.

Parque Nacional Sajama, en Oruro

Para los amantes del Trekking Bolivia les da una gran variedad de rutas desde caminos altos en las montañas de los andes, con vistas de glaciares y cimas nevadas hasta rutas en los llanos tropicales, pasando por los valles interandinos y yungas, donde se puede apreciar los ecosistemas más ricos en biodiversidad del mundo. Muchas de estas rutas de trekking se encuentran dentro de áreas protegidas llamadas Parques Nacionales.

Yo quiero contarles de uno en especial, el Parque Nacional Sajama. Para aquellos que quieran visitarlo, aquí les doy algunas recomendaciones de lugares que pueden visitar estando en los limites del Parque.

El P. N. Sajama se encuentra en el noroeste del departamento de Oruro, a 190 Km de Patacamaya, el P. N. Tiene una extensión de 100230 hectáreas, en su mayoría es visitado por aventureros que practican andinismo, para escalar las altas montañas que se encuentran dentro del parque, montañas como el volcán Sajama (6542 m.s.n.m.), que es la montaña más alta de Bolivia, o las Payachatas (de 6330 y 6200 m.s.n.m.), sin embargo el parque también ofrece algunas opciones aventureros que no deseen subir estas imponentes montañas. Toda esta zona a pesar de estar en un lugar tan árido del altiplano, la belleza paisajística es inigualable, todo el aire alrededor esta impregnado de una magia inexplicable, los que visiten el lugar sabrán de que estoy hablando.

Para la mayoría de las actividades que se pueden realizar dentro del parque el punto de partida es la pequeña población de Sajama, donde hay una infraestructura para atender a turistas digamos que aceptable, hay varios alojamientos y restaurantes, también aquí se encuentra las oficinas de los Guarda Parques donde todos los turistas se tienen que registrar y pagar por el ingreso al parque la suma de 10 Bs.- por persona (menos de 2 dólares americanos).

Una de las caminatas que pueden hacer es saliendo del pueblo con dirección este y tratar de subir el Cerro Chalviri de donde se tiene una excelente vista del Sajama. Otra alternativa es visitar los géiseres de Junt´ Uma que esta a un día de camino al noroeste del pueblo, se puede acampar en el lugar. Para los amantes de las aves pueden visitar la laguna de Huaña Cota que esta a unos 11 Km al norte del pueblo, en esta laguna se puede observar los flamencos andinos o llamados también parinas, huayatas o gansos andinos y varias especies de patos. También pueden visitar campamento base, en el nacimiento de río Aychuta, esto es a unas 4 horas desde el pueblo. Otra ruta de varios días que pueden hacer comenzando en el puente sobre el río Tomarapi, en la carretera a Patacamaya, desde el puente seguir rumbo norte siguiendo el lecho del río Tomarapi, pueden pasar por el pueblo de Jankho Huyo, en las cercanías se puede observar pinturas rupestres y chullpas aymaras, siguiendo el río llegan al pueblo de Huacolli, pasando por extraordinarias formaciones de rocas volcánicas llamadas ciudad de piedras y luego pueden subir hasta Inca marca donde también hay chullpares en buen estado de conservación, desde aquí pueden bajar y pasar la Laguna Huaña Cota para luego pasar por las aguas termales cerca de la pequeña comunidad de Huincurata donde no desaprovechen la oportunidad de bañarse en sus tibias aguas, para llegar al final al pueblo de Sajama. En esta ruta casi se da una vuelta completa el volcán Sajama, durante todo el recorrido se puede tomar magnificas fotos de las diferentes caras de la montaña. Otro de los lugares que pueden visitar es el cañón del río Huaythaña al sureste del pueblo a la izquierda de la carretera Patacamaya – Tambo quemado.

Para los antiguos aymaras el Volcán Sajama era una montaña sagrada, a ella le realizaban muchas ofrendas, cuando llegaron loe españoles para poder catolizar a los aymaras los españoles construyeron muchas iglesias alrededor de la montaña para que los lugareños sigan haciendo ofrendas pero en las iglesias, en una forma de mezclar las creencias aymaras y católicas, en fin, todas estas iglesias alrededor del volcán dan un marco ideal para sacar buenas fotos.

Estas son solo algunas actividades que pueden realizar, hay muchas otras que se pueden informar preguntando a los habitantes del pueblo de Sajama, en general todos los habitantes en los alrededores del P.N. son muy amables y colaboradores con los extranjeros.

GALLOTREKK

Futuro sin agua y más refugiados

El cambio climático amenaza el acceso al agua de millones de personas en los países más pobres, según un estudio publicado recientemente por la agencia cristiana de desarrollo Tearfund.

La investigación sugiere que, en el año 2050, la extensión de la tierra en extrema sequía se multiplicará por cinco.

En la próxima cumbre sobre el clima de Naciones Unidas, Tearfund exhortará a los estados más ricos a ayudar a los más pobres para superar las consecuencias de la sequía.

Esta semana, el ministro británico encargado del tema climático, Ian Pearson, se mostró confiado de llegar a un acuerdo sobre este tema. Advirtió además a un comité parlamentario que era una “necesidad urgente” implementar medidas.

El informe de Tearfund titulado “Sintiendo el calor” urge a los países donantes a incrementar la asistencia rápidamente.

Es probable que otras organizaciones sin fines de lucro se unan a este reclamo en la reunión de la ONU en Nairobi, prevista para el próximo 6 de noviembre.

Desplazados por el calor

Citando al académico de la Universidad de Oxford, Norman Myers, Tearfund predice que en 2050 habrá 200 millones de refugiados como consecuencia del cambio climático.

Las zonas donde ya han comenzado a desplazarse poblaciones incluyen:

_ Brasil: una de cada cinco personas nacidas en la árida región del noreste se está desplazando para evitar la sequía.

_ China: tres provincias están sufriendo el impacto de la expansión del desierto Gobi.

_ Nigeria: cada año alrededor de 2.000 kilómetros cuadrados están convirtiendose en desiertos.

Sin embargo, atribuir el desplazamiento de personas al impacto del clima es un asunto difícil de establecer, pues existen otros factores, como las oportunidades económicas, que influyen a la hora de cambiar de lugar.

Palabras vacías

Uno de los científicos británicos más prominentes en el tema, John Houghton, dijo que la severidad del cambio climático estaba alcanzado la agenda de los líderes del mundo, pero sólo “a nivel retórico” y no todavía en los hechos.

“Se hicieron promesas durante la cumbre del G8 y la última reunión de Naciones Unidas en Montreal sobre apoyo financiero para la adaptación, pero tengo entendido que muy pocas de esas propuestas se han concretado”, afirmó Houghton.

El científico, autor del prefacio del informe de Tearfund, dijo que la escasez de agua será una de las consecuencias más dramáticas del cambio climático que afectará a los países en vías de desarrollo.

“Las sequías van a durar más, aunque no podemos ser muy específicos indicando los lugares donde van a ocurrir, lo cual es una mala noticia. Actualmente, las sequías extremas afectan al 2% de la superficie terrestre y se extenderán al 10% en 2050”, advirtió.

Los patrones climáticos muestran que la región del África subsahariana se secará, mientras que otras áreas del planeta sufrirán serias inundaciones.

Sencillez y rapidez

Houghton dirigió la Oficina Meteorológica del Reino Unido, presidió la Comisión Real de Contaminación Ambiental y fue una de las cabezas del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés).

Ahora es presidente de la Iniciativa John Ray, cuya misión es “entrelazar ambiente, ciencia y cristianismo”.

El aspecto alentador del informe de Tearfund es que la implementación de medidas sencillas para paliarlos problemas relacionados con el agua -sequías o inundaciones- han sido efectivas en algunas áreas.

En Níger, por ejemplo, la organización no gubernamental dice que la construcción de diques bajos de piedra ha ayudado a prevenir la erosión y nutrir la tierra de agua. Mientras, en Bihar, en el norte de India, se han construído diques con alcantarillas para desagüe para conectar poblados durante inundaciones.

Lima, antigua, bella y colonial

La capital peruana bajo la mirada de un enviado. Los palacios, las iglesias y los museos. Además, la ciudad sagrada de Caral. Bajo la monótona pesadez de un cielo cerrado, siempre tan gris y esfumado por la neblina, las calles de Lima parecen no tener tiempo. Un vasto legado arquitectónico y arqueológico se mimetiza con el paisaje cotidiano de la capital de Perú, recostada sobre el Pacífico y a la que el sol visita sólo en verano. Sus postales deleitan con la belleza de los balcones coloniales y sus casitas de techo plano y colores alegres. Todo está ahí, delante de los ojos, en una mixtura caprichosa y encantadora.

Basta un breve recorrido para descubrir las numerosas capas y fusiones que conforman la historia de Lima. En su casco urbano, la opulencia de las iglesias y la ostentación burguesa de las casonas virreinales conviven con las ruinas precolombinas que esquivaron una y otra vez su destrucción. Los valles que rodean la capital, en cambio, invitan a internarse en el misterio de una civilización recientemente descubierta, la de Caral, que con sus 5.000 años de antigüedad escondió sus restos bajo un espeso manto de arena y desconocimiento.

La ciudad de los reyes

La Plaza Mayor es el sitio ideal para comenzar a recorrer la ciudad. Lugar germinal de la Lima española, allí Francisco Pizarro fundó en 1535 la "Ciudad de los Reyes" y repartió los solares que la rodeaban. Hoy, al detenerse junto a su fuente central de bronce, uno se enfrenta con mansiones, palacios e iglesias, que dan cuenta del poder político y religioso virreinal. Aquí la Lima española muestra su costado más atractivo, maquillada por un paulatino proceso de restauración que, por el momento, sólo alcanza al puñado de manzanas que rodean la plaza.

La Catedral es testigo del devenir social y político limeño. La pequeña capilla rústica inaugurada a poco de la fundación de la ciudad mutó durante cuatro siglos hasta convertirse en un gigante de tres naves y fachada barroco renacentista, que imita a la Catedral de Sevilla.

Las construcciones originales de la capital peruana llegaron a nuestros días tras un extenso derrotero. Cuatro terremotos se ensañaron con bóvedas, pilares y torres hasta reducirlas a ruinas, y demandaron una y otra vez sus reconstrucciones. Tan devastadores como los sismos fueron los saqueos que obligaron a cubrir con pintura muchos de los revestimientos de oro, que no siempre recuperaron su color original.

Nada de esto, sin embargo, logró empañar los encantos del centro histórico. Sus edificios atesoran una infinidad de objetos y obras que vale la pena visitar, como el altar de Judas Tadeo —elaborado en plata— y las catacumbas del convento San Francisco.

Volviendo a la Plaza Mayor, su costado norte mira a la imponente Casa de Gobierno construida en la primera mitad del siglo pasado, en el terreno que originalmente ocupaba el palacio por el que pasaron 40 virreyes. El palacio Torre Tagle y las casas del Oidor y Aliaga completan el circuito más exquisito de edificios originales.

Dos cuadras separan la plaza del convento más antiguo de Lima, el de Santo Domingo. Sus claustros y coloridos jardines rompen con el paisaje urbano y son entrelazados por galerías con arcos de medio punto y muros decorados por azulejos sevillanos de 1606. Vale la pena visitar la biblioteca, la antigua cripta y la sala capitular, vigilada desde lo alto por un balcón morisco reservado para el virrey de turno.

Bajando por la Calle de los Pescadores hacia el río, frente a la pintoresca estación de trenes Desamparados, el bar Cordano ocupa la esquina del antiguo hotel Lima e invita a hacer un alto en el camino.

Con el sabor del pisco aún en la boca, se puede continuar hasta el Parque de la Muralla y visitar la restauración del cerco construido en el siglo XVII para proteger los intereses coloniales de corsarios y piratas. Pero el condimento que distingue a la geografía limeña son sus huacas (ruinas preincaicas), últimos vestigios urbanos de la cultura de Lima que ocupó la costa central del Perú entre los siglos II y VII. Contrastando con la modernidad del barrio de Miraflores, la Huaca Pucclana o Juliana fue su principal centro ceremonial y administrativo.

Si no se hace a tiempo para recorrerla durante el día, se puede programar la cena en su restaurante y probar una variada degustación de cocina peruana contemporánea. Entre los sabores y aromas de un risotto de pato, el crocante de yuca y los ceviches, el telón de fondo será una imponente pirámide escalonada de adobe, tenuemente iluminada.

Para completar la visita a la ciudad se impone una recorrida por los museos que exhiben los hallazgos de siglos de excavaciones. El Museo de Larco, instalado en una mansión colonial edificada sobre una pirámide precolombina, permite sumergirse en más de 3.000 años de cultura. La sala más popular es la de arte erótico, a la que su realizador Rafael Larco Hoyle dejó libre "al vasto campo de la sugerencia". Se exponen vasos eróticos de tono realista, humorístico y hasta absurdo, con un especial atractivo en las obras que reflejan el debate moral entre el placer y el pecado.

Los secretos del valle

Al salir de Lima, hacia el norte, la ruta Panamericana da cuenta de la otra cara de la ciudad, la de los asentamientos de las familias que abandonaron las sierras. Un angosto camino de piedra y tierra de 185 km separa a Lima de Caral, en el valle de Supe. Habrá que esperar más de tres horas de viaje para develar un secreto que esperó allí varios miles de años.

La ciudad sagrada de Caral es un sitio arqueológico, de 66 ha, que recién fue excavado a partir de 2000. Los asentamientos fueron construidos y remodelados entre los años 3.000 y 2.000 aC. Pertenecieron a la civilización más antigua de América y a la tercera a nivel mundial, contemporánea con las de Mesopotamia, Egipto, India y China.

La ciudad sagrada muestra estructuras monumentales, dos plazas circulares hundidas y residencias de la elite, funcionarios y sirvientes. Y a medida que el sendero se interna en sus vestigios, la magnitud del descubrimiento se hace evidente: otros 18 asentamientos menores se reparten en el valle de Supe y por otros dos valles contiguos.

No había oro, plata ni cerámica en las ruinas de Caral. Sí aparecieron decenas de flautas y cornetas, elaboradas con huesos de venados, pelícanos y cóndores.

El resto es aún un gran enigma. En cada piedra de sus pirámides, en la simetría de sus construcciones y hasta en los residuos se esconden las piezas de un rompecabezas que recién comienza a reconstruirse. El juego por ahora carece de un eslabón clave. "No hemos identificado el cementerio. Allí podremos descubrir sus costumbres y de qué manera se conformaba la sociedad", explica Jorge Aching, un joven antropólogo que vivió el resurgimiento de la ciudad y hoy desarrolla su tesis sobre una de las pirámides. A su alrededor, en un paisaje desértico, el tiempo parece haberse detenido. Lejos de la vorágine urbana y virgen de toda conquista, el valle envuelve con su encantador silencio. Allí, cada mediodía, el sol escapa al capricho de los dioses e ilumina los rastros que esperaron 5.000 años para ser descifrados.

Demian Doyle, Clarin.