Blogia
El Describidor

Llanos de Moxos (Beni). Descifrando sus misterios

Las excavaciones arqueológicas en los montículos o ‘lomas’ en las cercanías del pueblo de Casarabe, en Beni, dan nuevas ‘luces’ sobre la cultura que los habitó. Se recuperaron más de 50.000 fragmentos de piezas cerámicas, se encontraron tumbas. La de un posible chamán es la más llamativa. Los descubrimientos replantean muchas hipótesis. La investigación en la región inicia una nueva etapa a partir de lo encontrado.

Durante muchos años las investigaciones arqueológicas de las culturas andinas fueron como una gran montaña que ensombrecieron los trabajos realizados en la Amazonia boliviana y en especial la de los extensos Llanos de Moxos en Beni. Esta gran montaña, muchas veces elevada sobre la base de prejuicios y falta de información, fue contrarrestada por investigadores que a lo largo del siglo XX trataron de demostrar que esa región, en especial los montículos o lomas, guardaban un rico legado cultural, no menos importante que el de otras partes del país. Sin embargo, aún hoy son muy pocos los análisis científicos que han aclarado la función que estas estructuras artificiales tenían para la sociedad o sociedades que las habitaron y han seguido generando innumerables especulaciones. Buena parte de esas lomas sufrió la erosión, fueron usadas para la agricultura y han sido víctimas del saqueo ilegal.

Uno de los intentos por sacar de las sombras el misterio que esconden los Llanos de Moxos es el proyecto Lomas de Casarabe, que a principios de mes concluyó las excavaciones en uno de los montículos cercanos al pueblo del mismo nombre y que, entre otras cosas, ha develado que hubo presencia humana en un periodo de 1.000 años, rescató valiosos fragmentos de piezas cerámicas y realizó las primeras excavaciones científicas de entierros humanos.

La población de Casarabe se encuentra a 50 kilómetros al este de la ciudad de Trinidad. En territorios aledaños se levantan montículos prehispánicos que llegan a medir más de 20 metros de alto. En dos de ellos, Loma Mendoza y Loma Salvatierra ha trabajado el proyecto integrado por investigadores del Instituto Alemán de Arqueología y de la Unidad Nacional de Arqueología de Bolivia.

En 1999 iniciaron el recojo de materiales en la Loma Mendoza (5 metros de alto) o Cortada, como también es conocida, ya que fue en parte destruida en la construcción de la carretera entre Santa Cruz y Trinidad. La búsqueda de datos se realizó por cuatro años hasta que decidieron iniciar excavaciones en la Loma Salvatierra (8 metros de alto), donde trabajaron durante otros tres.

El primer paso era demostrar que las lomas estudiadas no fueron formadas por procesos naturales, como es la hipótesis de los arqueólogos Bernardo Dougherty y Horacio Calandra que cuestionaron el carácter artificial de las lomas de Beni después de sus investigaciones en los años 80. "Comprobamos que las cerámicas, huesos humanos, de animales y de la misma basura eran producto de asentamientos humanos de entre el 400 al 1.400 después de Cristo y que se construyeron plataformas superpuestas a lo largo del tiempo. En el caso de la Loma Salvatierra, por ejemplo, el sector habitacional se encuentra sobre una terraza que está en el centro del sitio y hay otra parte que ha servido casi exclusivamente como cementerio", explica el arqueólogo alemán Heiko Prümers, director del proyecto.

Una de las novedades de estas excavaciones fue encontrar cerámica muy diferente a las halladas en regiones como Bella Vista y San Ignacio, lo que para los especialistas del proyecto los anima a sostener la idea de que la región no tenía una unidad cultural y más bien que cohabitaron varias en la región y en la misma época "La diversidad cultural parece ser una de las características de lo que hoy llamamos Moxos, porque hay diferencias marcadas que se reflejan no sólo en la variedad de cerámica, sino también en la existencia de Lomas grandes en una zona, mientras que en otra prevalecen los camellones o los terraplenes. Tal vez muchos han creído que por ser una planicie grande y al tener un río como el Mamoré que la cruza por el medio, eran una sola cultura ", opina Prümers.

Los llanos de Moxos se caracterizan por pastizales y sabanas de monte bajo, los que cubren gran parte de su territorio y en menor cantidad tiene montes, lagunas y ríos. Las lomas artificiales son parte inseparable de su paisaje. El primero en investigarlas científicamente fue el noruego Erland Nordenskiöld que a principios del siglo XX realizó excavaciones en las lomas Hernmarck, Velarde y Masicito. En ellas encontró cerámicas que tenían vinculaciones estilísticas con otras culturas amazónicas. Otro gran difusor de la riqueza cultural de la zona fue el ingeniero estadounidense Keenneth Lee, que vivió en Beni hasta fines de los 90 y que creía que los antiguos mojeños eran pueblos que habían sabido controlar las épocas de sequía y de inundaciones gracias a sistemas hidráulicos en los que estaban involucrados las lomas, terraplenes y camellones. Lee también consideraba que en el territorio beniano existían 20.000 lomas de diversos tamaños. Una cifra que no se ha confirmado, y que para algunos científicos parece exagerada.

Otro de los aportes de las investigaciones en la Loma Salvatierra es que existe un terraplén poligonal que rodea el sitio encerrando una superficie de aproximadamente 20 hectáreas que fueron descubiertas a través de imágenes satelitales y trabajo de campo que estuvo a cargo de Umberto Lombardo. "Por lo que hemos visto la loma no es sólo el montículo, sino un complejo estructural que incluye cañadas, sistemas de canales y un terraplén poligonal. Además de un evidente contacto y comunicación entre las lomas de la zona", explica el investigador. La codirectora del proyecto es la boliviana Carla Jaimes, que estuvo encargada de analizar los artefactos cerámicos que fueron recuperados. Hasta el final de la excavación se registraron más de 50.000 fragmentos de piezas, que la arqueóloga junto a un grupo de siete ayudantes se encargaron de clasificar. Jaimes comenta que pudieron encontrar seis fases cronológicas de las cerámicas. Es decir que de los 1.000 años de ocupación se puede apreciar cómo han ido cambiado de forma y de características en las sucesivas ocupaciones que tuvo la loma. Pero, según la investigadora la cerámica no era el material más importante "seguramente tenían hermosos objetos hechos de maderas, de frutos y otros elementos orgánicos. Estando en el trópico es lógico que ellos hayan trabajado con maderas de bibosi, mara, chonta y hubieran tenido cestería junto a tejidos, porque hemos encontrado ruecas cerámicas, que es una prueba de que hilaban. Es decir que tal vez la usaban para guardar cosas líquidas o para cocinar", dice Jaimes, que agrega que se encontraron también estatuillas de muñecas o 'figurinas', que por el contexto donde se las halló tenían una función doméstica y no de divinidad como en un principio se creyó.

Jaimes indica que la cerámica de la Amazonia tiene las características de inciso punteada. Es decir que son técnicas en la que cuando la cerámica está secando se le realiza incisiones con algún objeto puntiagudo y se le dibujan triángulos, líneas y otras figuras. Punteada es cuando se han utilizado los dedos u otro material para hacer puntos alrededor de la vasija. Los preconceptos han metido en la misma bolsa a la cerámica inciso punteada de la Amazonia, sin embargo dentro de esa técnica se ha demostrado que existe una gran cantidad de variantes y las de Moxos no son la excepción. Las que se encontraron en Loma Mendoza y Salvatierra son similares, pero son muy diferentes a las que se han recuperado en otras zonas, por lo que para la arqueóloga no se podría hablar de una sola cultura en la región sino de muchas.

El proyecto Lomas de Casarabe desenterró cerca de 80 esqueletos humanos. Lo curioso es que los cuerpos fueron sepultados en posiciones diferentes y el único patrón común que se encontró fue la orientación que se les dio a las tumbas que estaban en dirección norte sur. Lo más llamativo fue el descubrimiento de un esqueleto que al parecer pertenecía a una figura importante dentro de la sociedad en la que vivió. Eso lo han reconocido a través de los adornos que llevaba cuando fue enterrado. El esqueleto fue llevado a Alemania para su estudio y se ha podido comprobar que tenía entre 35 a 40 años. Cargaba collares de cuentas, colmillos de tigre y otros elementos que Prümers halló muy parecidos a los de una foto de los años 30 de un chamán ecuatoriano. Lo cierto es el cuerpo aún está en estudio y esperan que aporte nuevos datos.

El arqueólogo alemán dice que el próximo año regresarán para realizar un último análisis y luego preparar la publicación de sus resultados. Aclaró también que éste es sólo uno de los primeros pasos para conocer las culturas que poblaron Moxos y aún hay muchas lomas por estudiar. Otros grupos de arqueólogos tendrán la misión de seguir el camino iniciado por el proyecto Lomas de Casarabe.

El trabajo de campo y otros datos

El proyecto trabajó en los últimos años en la Loma Salvatierra en épocas secas. Fueron tres meses continuos de excavaciones. Las piezas encontradas luego eran lavadas con agua y cepillos. Los fragmentos de cerámica eran clasificados, dibujados, fotografíados y si estaban todas sus partes se restauraban.

- La cerámica recuperada es entregada al Museo Etnoarqueológico de Beni Kenneth Lee.
- Se encontraron tres flautas de cinco huecos hechas de huesos de animales. Dos estaban en un entierro y la otra en otro contexto.
- Los restos de animales y parte de la basura también es analizada , porque dan pautas del clima y características de cada periodo.
- En el cuerpo del posible ‘chamán’ se encontraron pequeñas piezas de cobre. Un material que no se encuentra en la región. Estos materiales aún se están analizando.
- La distribución histórica de los hablantes de Arawak tiene muchas coincidencias con las culturas de las lomas arqueológicas .

Estudios más recientes demuestran que la distribución de lomas y camellones prehispánicos también tiene elementos en común con grupos que no son Arawak (Pano , Tupi- Guaraní y grupos sin clasificación, indica el investigador Clarck Erickson).

Ricardo Herrera F., El Deber

0 comentarios