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El Describidor

Dinosaurios nuevamente en peligro de extinción

En la pared derecha, junto a las huellas, se puede distinguir la falla geológica que cruza verticalmente el farallón. La mayoría de visitantes que arriban al parque ignora por completo que la sombra de la extinción puede depositar nuevamente su manto oscuro e implacable sobre el único testimonio de existencia de estas criaturas prehistóricas en Bolivia. La tierra podría tragarse parte de los vestigios encontrados en el farallón causando daños severos e irreversibles en este patrimonio turístico de los bolivianos.

Posado en la rama más alta de una palmera, el pichón de cernícalo otea nervioso cada uno de los jardines y corredores de la plaza 25 de mayo. Abajo, la bulla estridente de los turistas y la curiosidad gatuna de los habitantes chuquisaqueños acaban por perturbar su tranquilidad y sosiego. Pero tanto afán y ruido desmedido tienen motivo y justificación propia. La histórica ciudad de Sucre, de calles apacibles y parajes discretos, es otra desde que se inauguró el Parque Cretácico.

Hombres espigados de contextura aparatosa y tez rubicunda hacen su arribo a la capital boliviana buscando afanosamente las monumentales pisadas de los saurios extintos. Jornada tras jornada, las distintas delegaciones de turistas extranjeros recorren calles y avenidas capitalinas solicitando información para dar con el paradero del yacimiento de huellas de dinosaurio más grande del mundo.

Y es que el farallón de la cantera de Cal Orck‘O exhibe estampadas en sus paredes 5000 huellas de diversos dinosaurios. Por estos parajes, cuando la capa de la tierra estaba cubierta de helechos y humedad constante, caminaban cautelosas las manadas de iguanodontes y anquilo saurios, que no escatimaban esfuerzo alguno en cuidarse las espaldas de las feroces embestidas del que fuera el máximo depredador del lugar, el Carno tauro. Este dinosaurio carnívoro de apariencia temible, tenía dos protuberancias en forma de astas en los extremos de su cabeza cárdena, las mismas que lo hacían parecido a un toro de rodeo.

Este tipo de historias -inverosímiles si es que no se tuviera la posibilidad de observar la replica exacta de los animales en el parque- es asimilada y digerida con satisfacción por todos los visitantes que llegan hasta el Parque Cretácico de Sucre. Entonces, el despliegue de la imaginación avanza a pasos de giganto saurio por cada uno de los recodos del parque. Aquí, niños y adultos estremecen su asombro ante las fauces descomunales del Tirano saurio Rex y no pierden la oportunidad de sacarle una fotografía al más visitado y conocido de los dinosaurios de Cal Orck’O.

De esta manera, la atracción en la ciudad de Sucre se centra en las pisadas de las bestias extintas y en la magnífica reproducción a escala de las imágenes de estos asombrosos reptiles. Por cierto, obra encomendada al talento y creatividad de profesionales argentinos y bolivianos.

Sin embargo, la mayoría de visitantes que arriban al parque ignora por completo que la sombra de la extinción puede depositar nuevamente su manto oscuro e implacable sobre el único testimonio de existencia de estas criaturas prehistóricas en Bolivia. La tierra podría tragarse parte de los vestigios encontrados en el farallón causando daños severos e irreversibles en este patrimonio turístico de los bolivianos.

Hacia la extinción

En las afueras de la ciudad, las colinas circundantes a la fábrica de cemento Fancesa guardaron celosas por siglos un tesoro invalorable para la paleontología y sus estudiosos. Ni el más optimista de los profesionales de esta ciencia habría pensado que detrás de esas areniscas rojas y estratos de arcilla colorados, se hallaban ocultas las huellas de los gigantescos reptiles que alguna vez gobernaron el planeta. A partir de las extenuantes y rutinarias jornadas laborales de los obreros de la fábrica de cemento, más un golpe de fortuna, se posibilitó el descubrimiento de este importante reservorio paleontológico. La superficie del farallón, donde se hallan las huellas de dinosaurio, está traspasada por varios elementos tectónicos, en su mayoría fisuras quebradizas en la capa de la tierra, los cuales podrían debilitar la estabilidad de una de las paredes y dañar considerablemente el sector de las pisadas dobles de titanosaurio.

“Durante la primera misión científica, liderada por el doctor Christian Meyer, profesional de la Universidad de Basilea en Suiza, se pudo verificar que la posición del farallón estaba sujeta a varios efectos negativos que inciden en su degradación. Por un lado está la lluvia con su humedad corrosiva, también inflingen daños importantes el viento, la erosión y el crecimiento desproporcionado de la vegetación silvestre, la cual genera grietas en la parte superior del farallón”, sostiene preocupada Roxana Acosta, Directora de Turismo de la Alcaldía de Sucre y gestora importante del proyecto de Cal Orck’O.

En la gestión 2003, el Gobierno Municipal de Sucre elabora un primer proyecto para conservar el estado de las huellas e impedir su deterioro. Se necesitaba con premura la suma de un millón de dólares para impedir el resquebrajamiento de la tierra y la inevitable pérdida de las pisadas. “Fueron muchos y sacrificados los esfuerzos de la alcaldía para obtener esta suma. El primer monto para ejecutar la primera fase de la obra se logra gracias al concurso del Viceministerio de inversión Pública y Financiamiento Externo, se gestionan 157.500 dólares que son destinados a labores paliativas’’, complementa la autoridad municipal.

A comienzos de año, la Alcaldía de Sucre logra un nuevo contacto con el Museo de Historia Natural de Basilea en Suiza y con la empresa internacional Geotest. Esta última es especialista en desastres naturales y cooperó con el museo suizo en temas de conservación de huellas prehistóricas. La misión de paleontólogos llega en febrero para arrancar con la primera fase, trabajando en la impermeabilización por medio de una geomembrana en la zona riesgo del farallón. La idea estuvo centrada en impedir el efecto corrosivo de las lluvias. Así mismo, los científicos suizos instalaron extensómetros en el sector para poder medir el comportamiento formativo del farallón. La intención de los expertos estuvo en observar el tiempo de movimiento de la tierra y con qué frecuencia y rapidez se van separando los estratos sólidos que conforman el farallón de huellas.

Las fallas geológicas

Cada vez que se divisan los negros nubarrones sobre el cerro Churuquella, Roxana Acosta y su equipo de trabajo suspiran inquietos pensando en los posibles daños que acarrearía un aguacero sobre las huellas de dinosaurio. No quieren ni imaginarse los estragos y las pérdidas que ocasionaría el temporal. “Hay que recordar que las fallas geológicas no afectan a todo el farallón. Sin embargo, con una precipitación pluvial de características importantes, un 5% de éste se vería terriblemente comprometido. Y es en esta parte donde se encuentran las pisadas dobles de los titanosaurios. Como se ve, el riesgo de perder estas piezas es inminente, además, no sólo Sucre perdería parte de un atractivo turístico y científico invalorable, lo haría el país en su conjunto’’, añade Acosta.

Según el informe extendido por los científicos Kaspar Graf y Georg Heim de la empresa suiza Geotest, junto a las pisadas de dinosaurio se presenta amenazante una grieta en forma vertical. Mientras que en la parte superior de la zona de riesgo se halla otra abertura de 5 centímetros de ancho y 110 metros de largo. Ambas podrían desencadenar una remoción de tierra y poner fin de esa manera a las placas que contienen registro de vida cretácica.

Este sector, denominado por los expertos como triángulo en proceso deformativo avanzado, debería estabilizarse lo más pronto posible, ya que la época de lluvias está próxima y los trabajos de prevención se verían seriamente perjudicados de no tomar las medidas correspondientes.

Una operación costosa

La única solución para salvaguardar los rastros de dinosaurios en la región de Cal Orck’O es anclar las rocas del farallón con clavos galvanizados de seis metros de longitud que deben cruzar horizontalmente la montaña y sostener de esta forma el peso de las rocas. Para llevar adelante esta operación, se necesitarían entre 600 y 900 clavos con estas características. El costo de este trabajo demandaría la inversión de dos millones y medio de dólares. Cifra altamente costosa si se toma en cuenta los ingresos que perciben las entidades públicas en Bolivia.

Por el momento, la Alcaldía de Sucre, y los científicos suizos se hallan analizando el costo de la operación que podrá preservar por más tiempo las marcas de los dinosaurios. Sin duda, todos quieren aunar esfuerzos para mantener vigente este obsequio de la naturaleza.

Mientras tanto, en la vieja palmera de la plaza principal, el joven cernícalo extiende tranquilo sus alas para desperezarse. El barullo de la gente se va diluyendo a medida que entra la noche. Sucre regresa a la normalidad.

Mauricio Belmonte Pijuán

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